En 1974, yo había ido a Chennai a visitar a mis suegros. Estuve con ellos por unos tres días. En la mañana de mi retorno a Bangalore, yo le había pedido a mi hijo que me recoja a las 6 a.m. ya que quería partir lo más temprano posible. Habiendo estado con sus primos la noche anterior, él se había quedado despierto hasta tarde. Sin embargo, llegó puntualmente a buscarme. Antes de marcharnos, llevé a mi nieto de tres años, Dhruv, al santuario para rezar antes de embarcarnos en el viaje ya que quería inculcar ese buen habito en él.
Ambos recitamos "Tvameva maataa cha pitaa tvameva" (¡Oh Señor! Tú eres nuestra madre, padre…), hicimos namaskar (salutaciones) y luego entramos en el automóvil. Mi nieto, la suegra de mi hija, Rajam, y yo éramos los ocupantes del auto. Mi esposo también estaba con nosotros, pero en el camino lo dejamos en el aeropuerto, ya que tenía que tomar un vuelo a Delhi.
Era temprano en la mañana y la ruta estaba despejada. Nos encontramos con un poco de tráfico. Mientras nos acercábamos a Kolar, ¡mi hijo se durmió en el volante! Sin embargo, yo estaba absorta leyendo el Vishnusahasra Naamam
La puerta había volado. Había unas partes pesadas de acero en el maletero, que mi hijo llevaba para la fábrica en la que trabajaba. Debido a la fuerza del impacto, penetraron el asiento trasero y me golpearon en la espalda. Mi cartera con la foto de Swami y vibhuti habían volado de mi mano y se habían desparramado en la ruta.
Si no hubiéramos chocado al árbol, podríamos habernos salido de la ruta y caído en alguna alcantarilla o incluso por un desfiladero, ¡en cuyo caso el accidente habría sido fatal! ¡Mi hijo se dio cuenta de que estaba herido sólo en un dedo del pie! Él estaba en estado de shock, desorientado y confundido acerca de lo que había sucedido y seguía repitiendo, "¿Qué he hecho?" Mi nieto tampoco estaba lastimado pero estaba muy conmocionado y seguía preguntando qué había sucedido. Era difícil consolarlo.
Sin embargo, yo estaba gravemente herida. Tenía un corte profundo en la frente, la nariz sangrando profusamente, heridas internas, desgarro muscular, dientes dislocados, moretones en todo el cuerpo y mi espalda también había sufrido severamente por el impacto de las partes de acero pesadas. No podía pararme derecha y estaba en un dolor terrible. Rajam había caído del asiento de acompañante del frente y estaba inconsciente. Mi hijo temía lo peor. No había signos de vida…
Recuerdo que lo primero que le pedí a mi hijo que hiciera fue que recuperara la foto de Swami y el vibhuti de mi cartera. Mi hijo se bajo del auto y recogió la cartera y los contenidos que estaban desparramados en la ruta. Yo le apliqué vibhuti a mi hijo, a mi nieto, a Rajam y a mí misma. Luego, mientras la sacudía, todo el tiempo rezándole a Swami por Su guía, ella recobró la conciencia. Pensando acerca de esto ahora, el mayor milagro fue que yo estaba completamente calmada a través de todo el accidente. El automóvil estaba completamente destrozado y a pesar de todo esto, Swami había protegido a mi hijo para que se ocupe de nosotros. Vinimos a saber más tarde que Rajam había sufrido fracturas múltiples de la mandíbula y dientes, pero ninguna otra lesión.
Yo le recé a Swami que nos mande a alguien para ayudarnos. Pronto vimos un enorme camión acercándosenos. Mi hijo todavía estaba en shock. Sin embargo, por la gracia de Swami, yo estaba completamente calmada y me las arreglé para hacer que el camión se detenga y le pedí al conductor que nos lleve al centro médico más cercano. El conductor estuvo de acuerdo, pero temía que no pudiéramos subir los escalones para entrar al camión. En ese momento, un automóvil arribó. Había peregrinos regresando de Tirupathi. El caballero que conducía el automóvil se detuvo para ofrecer ayuda. Yo le pedí que nos lleve al centro médico más cercano. Dado que el auto ya estaba ocupado, él les pidió a todos los pasajeros que se bajaran y nos llevó.
En este momento le pedí a mi hijo que llame a mi hija y a mi hermana en Bangalore para informarles del accidente y pedirles que vengan al hospital con algunos automóviles para llevarnos de regreso a Bangalore. También les pedí que hicieran arreglos para que nos admitan en el hospital de Bangalore.
Mientras tanto, ¡hallamos que el doctor en el centro médico era un devoto Sai! Él vio el vibhuti en nuestras frentes y nos preguntó si éramos devotos Sai también. Sin embargo, él me dijo que no podría tratarme ya que la herida requeriría puntadas de un cirujano y él no estaba equipado como para hacerlo. Él sólo podía proveer ayuda de primeros auxilios, pero dijo que podíamos descansar en el centro hasta que la ayuda arribe y se sentía triste de no poder hacer más por nosotros. Yo le dije que no se preocupara y que de alguna forma podría soportar el dolor.
Mi yerno, mi hija y mi hermana arribaron desde Bangalore luego de unas 3 horas. El hijo de mi hermana era médico y cirujano del Hospital ‘Saint Martha’ de Bangalore. Mi hermana vio que tenía un ojo morado. Ella comenzó a llorar y sus primeros comentarios fueron "¡Didi (hermana), puedes quedar invalida de por vida!" Yo la consolé diciéndole que Swami cuidaría de mí. Nos subimos al automóvil y nos dirigimos al hospital.
Mi esposo había ido a Lucknow desde Delhi en un trabajo de la OMS para la erradicación de la viruela. Él estaba residiendo en el Ramakrishna Math de Lucknow. Al enterarse del accidente, se apresuró a Bangalore el día siguiente. Sin embargo, luego de ser admitida en el hospital, comencé a sufrir de mareos severos y desorientación. Era tan intenso que sentía que el piso giraba como el ventilador de techo. Al día siguiente, el médico dijo que no podría tratar mi mareo y que un experto del NIMHANS (Instituto Nacional de Salud Mental y Neurociencias) debía verme.
Así que el Dr. Mani, quien era el director del NIMHANS y amigo de mi esposo vino a verme. Su opinión fue que se requería una cirugía en el cerebro. Ahora sí perdí mi compostura y me asusté. Yo le dije al Dr. Mani que no quería someterme a la cirugía y en cambio, le pedí que pruebe con medicación oral en primera instancia y si no funcionaba yo lo consideraría como la voluntad Divina y me sometería a la cirugía, pero no hasta entonces. Mi esposo estaba irritado ya que me estaba resistiendo a la opinión de expertos.
Sin embargo, él llamó a su cuñado para obtener su opinión, un neurólogo líder de Chennai y quien casualmente era el profesor del Dr. Mani. Su cuñado dijo, "Haz lo que ella dice. Dile al Dr. Mani que yo he dicho que la operación puede esperar y pídele que la ponga bajo medicación". Así que me pusieron bajo medicación simple tres veces al día, pero dijeron que esperarían sólo 24 horas antes de recurrir a la cirugía.
Yo le recé fervientemente a Swami para que me salve de la operación. A la mañana siguiente, cuando me desperté, ¡el mareo se había ido! Cuando el Dr. Mani vino, lo puse al tanto del evento. "Él dijo, ¡eso es genial! No es necesaria la operación, pero debes continuar la medicación por un mes más". Yo acepté felizmente. Luego de tres semanas, durante las cuales fui tratada por heridas menores, fui dada de alta.
Durante este período, todos incluyendo mis suegros quienes vinieron de Chennai a visitarme, estaban más preocupados que yo acerca del evento. ¡Yo tuve que consolarlos! Rajam no tuvo otras lesiones aparte de las fracturas de mandíbula y se recuperó completamente también.
Mi nieto, sin embargo, me preguntó, "Abuela, ¿cómo es que Dios no te protegió a pesar de que le rezaste? Yo le dije, "Dhruv, ¡tú no lo comprenderás! Dios es bueno. Es por eso que me ha dado todo tu dolor. Me habría sentido horriblemente si tú hubieras sido lastimado. ¡Yo puedo soportar felizmente este dolor ya que tú estás ileso!"