EL GRAN DICCIONARIO
DE LAS DOLENCIAS Y ENFERMEDADES.
El diccionario más amplio sobre las
causas de las dolencias y enfermedades relacionadas con los
pensamientos, sentimientos y emociones.
De
JACQUES MARTEL.
Editions Quintessence.
Dedicado a todos los buscadores de la
Verdad.
Quiero dar las
gracias en particular a la señora Lucie Bernier no sólo por su labor de
coordinación en los trabajos del libro sino también por su valiosa ayuda como
colaboradora durante los dos últimos años de la producción del libro. Su
experiencia de vida personal, de psicoterapeuta, su formación en el enfoque metafísico
de las dolencias y enfermedades, su mente sintética y su intuición
facilitaron los progresos significativos de los trabajos de este libro.
Gracias en especial
al Sr. Claude Sabbah quien, por sus investigaciones desde hace más de 30
años, su excepcional competencia, su gran experiencia y su enseñanza de la
biología total de los seres vivos bajo forma de historia natural me permitió ir
más lejos en las investigaciones y constataciones que había hecho hasta la
fecha. Su mente abierta y su amor por el ser humano son para mí un ejemplo por
perpetuar, sabiendo que el amor es el único sanador en el trabajo que
desempeñamos para resolver los conflictos que hicieron que se manifestará la
enfermedad.
Quiero agradecer
también al Sr. George Wright, psicoterapeuta y amigo personal, por su constante
apoyo y su ánimo frente al trabajo que a veces me parecía largo y laborioso en
el curso de los siete años de la producción de este libro.
Gracias también a
la Señora Claudia Rainville que me permitió trabajar a su lado (1988-89) y con
quien pude profundizar beneficiándome de sus conocimientos en el campo de la
metafísica de las dolencias y enfermedades. Su dinamismo y sus
convicciones personales, junto con su experiencia, fueron para mí una fuente de
motivación en la continuidad de mi orientación profesional más centrada en el
campo del crecimiento personal.
Quiero dar las
gracias también a las personas siguientes por su participación en la
realización de este libro:
Sra. Nicole Gagné
Sr. Jean Dumas
Sra. Ginette Quintal Sra. Ginette Caron
Sr. Simon Alarie Sra. Danielle East
Sr. Paul-Emile Drouin Sra. Louise Drouin
Sra. Denise Boucher Sr. Laurent Chiasson
Sr. Pierre Couture. Sr. Bob Lengham
Mi padre: Noé
Martel Sra. Fleurette
Couture.
Acepto ¯© mi curación.
Tomar consciencia
de quien soy y de la transformación que se está produciendo en mí resulta
siempre excitante cuando lo que descubro con relación a mí y frente a los demás
es positivo y hermoso. ¿Qué sucede cuando los descubrimientos que resultan de
un andar personal, el que sea, me llevan a ver aspectos ocultos de mi persona y
cuando implican que me vuelva consciente de las dolencias y enfermedades
que me sucedieron o que probablemente hubiesen tenido lugar en el interior de
mi cuerpo?
Pues bien, es lo
que sucedió a lo largo de estos dos últimos años cuando comprendí que las
enfermedades se habían sutilmente instalado a causa de emociones mal
administradas y que, aprendiendo a volver a armonizar este torbellino de
emociones de toda clase que me habitaban, podía tener el poder de curación
sobre cualquier dolencia o cualquier enfermedad que había dejado instalarse
como rey y dueño en mi Templo de Carne.
Naturalmente, la
responsabilidad que acepté ¯© volver a asumir frente a mi salud, fue un largo
proceso de introspección y de un nuevo planteamiento de mis valores y, sobre
todo, me concedió la certeza de que tengo el poder de curarme. Para
ello, tuve el privilegio, desde ahora hace nueve años (1988), de conocer y
estar al lado de Jacques y poder adquirir conocimientos durante los múltiples
talleres y conferencias que dio. Gracias a su facilidad por hacer simple y
accesible un tema que para muchos puede parecer muy complejo, por su amor
incondicional y su deseo de ayudar a que la gente alcance un mejor bienestar
tanto a nivel físico como a nivel emocional y espiritual, fue y sigue siendo un
pilar, un guía que sabe ayudarme a ahuyentar mi culpabilidad y sustituirla por
un asumir de mi vida, para que me sienta cada vez más libre, bien en mi piel,
dueño de mi vida. Jacques me ayudó a aceptar ¯© la enfermedad, la que sea, como una experiencia
positiva porque es para mí ocasión de pararme, interrogarme sobre lo que está
sucediendo en mi vida. Para mucha gente como yo, la enfermedad me dio la
ocasión de pedir ayuda, cosa que frecuentemente quiero evitar. Debo recordar
que caer, es humano; pero levantarse, es divino y que para empezar un
proceso de curación, es esencial abrirse a los demás, abrirse a sí – mismo y en
primer lugar, abrirse al Amor, porque cualquier dolencia o cualquier enfermedad
puede curar si estoy lista para aceptar ¯© dejar caer mis viseras y echar una mirada nueva y
positiva sobre cualquier situación que pueda vivir, por más difícil que pueda parecer,
porque sé que, cuando haya comprendido en mi corazón la llegada de dicha
experiencia en mi vida, ésta podrá seguir su camino y recobraré una salud
perfecta.
Éste es el objetivo
de este libro que considero un instrumento de transformación excepcional. Es
una ventana abierta sobre este mundo aún muy desconocido de las emociones. Es
un instrumento que me da la posibilidad de que me abra a la semilla que
permitió que este microbio, este virus, este tumor o cualquier otra afección
física germine en mi cuerpo y brote a la luz del día. Dándome ocasión de amarme
y aceptarme ¯© a través de todas estas emociones mal vividas o no
vividas, daré un paso hacía más armonía, más paz, más amor.
Aprendiendo a
descifrar este nuevo diccionario de las emociones, ahora voy a poder invertir
en mi capital salud, siendo ahora capaz de prevenir y evitar muchas dolencias
que me acechaban.
En el curso de
estos últimos años en que estuve colaborando con Jacques al nacimiento de este
libro, me sorprendió la cantidad de tiempo (miles de horas) que fue necesario
invertir, sin contar toda la energía y apertura imprescindibles para canalizar
todas estas informaciones que estaban mal administradas y que, frecuentemente,
tocaban o bien un período de mi vida personal o bien una situación vivida por
una persona que conocía.
Todos fuimos
enfermos como mínimo una vez en nuestra vida y el hecho de “desmenuzar” la
causa de un mal que nos afecta o afecta a una persona cercana nos invita a
desapegarnos (en el sentido de ver una enfermedad de un modo positivo y
despojarnos de la influencia negativa que dejamos que tenga sobre nosotros) y
volverme un testigo de todos estos males y ya no más una víctima.
Esto es lo que
deseo a todos, mediante este instrumento. Que cada uno de nosotros se vuelva
cada vez más autónomo, más capaz de reconocer de donde proceden las dolencias y
enfermedades que le afectan o podrían afectarle. Este reconocimiento servirá de
prevención y aportará los cambios necesarios en nuestra vida para recobrar la
salud. Se trata de un complemento extraordinario que se añade a la multitud de
técnicas que ya existen, tanto al nivel de la medicina tradicional como nueva,
y que se revela esencial no sólo para una curación a nivel físico, sino también
al nivel del corazón (del amor) ¯©, ahí donde se opera la auténtica curación…
¡A su salud!
Lucie Bernier.
Psicoterapeuta,
Coordinadora de los trabajos.
La salud siempre ha
sido para mí un tema preocupante. En efecto, ya en temprana edad, empecé a
tener problemas de salud sin conocer exactamente la causa de éstos. Mi madre
estuvo confrontada con situaciones difíciles que, durante numerosos años,
requirieron cuidados tales como operaciones, tratamientos los cuales causaron
años de hospitalización.
En cuanto a mí,
como no se conseguía encontrar lo que tenía, es como si una duda planeara
constantemente: creía que estos males podían ser psicológicos. Entonces, me
dije a mí – mismo: o bien esto está “en mi mente”, o bien hay un motivo a lo
que está sucediendo. Decidí optar por la segunda elección y es cuando empecé a
buscar lo que le llevaba a vivir todos estos inconvenientes.
En 1978, empecé a
trabajar en el campo de la salud, en los complementos alimentarios. Entonces,
empecé a darme cuenta por mí – mismo, en el curso de las consultas individuales
que hacía y por mi observación, que podía existir un nexo entre las emociones,
los pensamientos, y las enfermedades. Había empezado intuitivamente a descubrir
el nexo que existía entre ciertas emociones y ciertas enfermedades. En 1988, me
matriculé a cursos de crecimiento personal y tomé contacto con lo que hoy se
llama el enfoque metafísico de las dolencias y enfermedades. Veo como otros y
yo, consultábamos la recopilación de dolencias y enfermedades hecha por Louise
Hay en su libro. También, observaba a la gente que empezaba su investigación
consigo – mismos o con los demás para comprobar la exactitud de lo que ella
decía, apasionados por descubrir nuevas avenidas de investigación para
permitirles comprender mejor lo que estaban viviendo.
A partir de este
momento, mi interés para este enfoque no dejó de aumentar, sobre todo porque me
orientaba hacía el campo más específico del crecimiento personal. Desde ese
día, no he dejado de comprobar, a través de mis consultas personales, los
cursos o talleres que animo, la pertinencia de estos datos sobre las dolencias
y las enfermedades. Aún hoy, en el colmado o cuando voy a hacer fotocopias,
hago preguntas a personas sobre lo que viven en relación con sus dolencias o
sus enfermedades.
Aún veo a estas personas
que me miran con aire asombrado e interrogante, preguntándose si soy un vidente
o un extraterrestre ya que sé tantas cosas sobre su vida personal sin que me
las hayan comentado. Cuando se sabe descifrar las dolencias y las enfermedades
y cuando se sabe a cuales emociones o a cuales pensamientos están vinculadas,
entonces es fácil decir a la persona lo que está viviendo. Entonces, digo a la
gente que sencillamente es el conocimiento del funcionamiento del ser humano y
el conocimiento de los nexos con los pensamientos, emociones y enfermedades que
me permiten dar esta información. En un sentido, les explico que se podría
entrar la cantidad de datos más grande posible en un ordenador, y que alguien
diera los síntomas de su dolencia o de su enfermedad, o simplemente nombrarla y
la información podría salir revelando lo que está viviendo esta persona en su
vida personal, sea consciente o no ella de ello. Entonces, no se trata de
videncia sino de conocimiento.
Hoy, con la
experiencia y los conocimientos que tengo, puedo afirmar que es imposible que
alguien padezca de diabetes sin vivir una tristeza profunda y una repugnancia
frente a una situación que vivió. Para mí, es imposible que una persona padezca
artritis sin vivir una auto crítica o criticando a alguien o situaciones de su
vida. Para mí, es imposible que una persona viva problemas del hígado sin vivir
una ira, una frustración hacía sí – misma o hacía los demás, etc. A veces, se
me ha hecho la replica siguiente: “Cuando descifras las dolencias y enfermedades,
“te las arreglas” para que esto funcione”. Entonces se me dice que todo el
mundo está viviendo ira, frustración, pena, rechazo, etc. A esto, contesto que
todo el mundo no reacciona del mismo modo. Tomemos por ejemplo el hecho de que
haya crecido en una familia de doce hijos cuyo padre era alcohólico y la madre
depresiva. Mis hermanos y hermanas habrán tenido los mismos padres que yo pero
cada hijo, incluido yo, estará afectado o no y lo será de un modo diferente
debido a su interpretación de lo vivido con sus padres. ¿Porqué? Porque todos
somos diferentes y que tenemos que tomar consciencia de un modo diferente en
nuestro recorrido personal. Así el fenómeno de rechazo podrá activar una
enfermedad en una persona pero no en otra. Esto depende del modo en que me
sentí afectado, conscientemente o inconscientemente. Si mi estrés psicológico
es suficientemente grande, estará traducido en un estrés biológico bajo forma
de enfermedad.
Durante un taller
que daba sobre el enfoque metafísico de las dolencias y enfermedades, con
ocasión de una feria de muestras sobre la salud natural y las terapias
alternativas, las dolencias y enfermedades que se me comunicaron estuvieron
descifradas bastante rápidamente y con exactitud. Un poco más tarde, una amiga
que estaba entre los asistentes durante este taller, me dijo: “Jacques,
deberías prestar atención cuando contestas a la gente y das la respuesta
directamente y rápidamente. Las personas que estaban a mi lado tuvieron la
sensación que el taller estaba preparado para que esto funcione.” No había
nada de esto naturalmente. Lo que aquí hay que entender, es que primero, la
persona afectada por la dolencia o por la enfermedad sabe que lo dicho para
ella es verdad pero quizás no es tan evidente para los demás que no están personalmente
relacionados. Segundo, lo que es nuevo y revelado a nuestra consciencia puede
parecernos irreal. Negar esta realidad puede también ser un modo de protegerse
para no sentirse responsable de lo que nos sucede.
He aquí una
anécdota ilustrando esta constatación. El famoso inventor Thomas Edison
encontró a los miembros del Congreso Americano para presentarles su nuevo
invento, el fonógrafo, una máquina hablante. Se relata que cuando hizo
funcionar su invento, ciertos miembros del Congreso lo tacharon de impostor,
diciendo que debía tratarse de algún fraude ya que, para ellos, era imposible
que la voz humana pueda salir de una caja.
Los tiempos han
cambiado. Por esto es importante mantenernos abiertos a las nuevas ideas que
podrían aportarnos respuestas innovadoras a muchos problemas. Muchas personas
de Estados Unidos y Europa han desarrollado esta perspectiva según la cual
existe un nexo entre los conflictos de las emociones y pensamientos y la
enfermedad, esto ayudando a que se conozca este campo de investigación no sólo
en el Quebec (Canadá) sino también en otras partes del mundo.
Frecuentemente
digo, en el curso de mis conferencias, que tengo un mental que es muy fuerte
pero que también tengo una intuición muy fuerte y que el reto más grande de mi
vida ha sido y sigue siendo hoy, conciliar ambos. Mi formación académica como
ingeniero en electricidad me llevó a concretizar el aspecto lógico y racional
de las cosas. La física me enseñó que a una causa está conectada un efecto bien
real. Es esta ley de causa a efecto que, más tarde, pude aplicar al campo de
las emociones y pensamientos, aunque sea menos tangible que la propia física.
Pero ¿es esto verdad? Incluso en un campo que trata de física o electricidad,
se trabaja con algo que el ser humano nunca vio: la electricidad. Porque, de
hecho, se trabaja con los efectos como la luz, el calor, la inducción
electromagnética, etc. Del mismo modo, los pensamientos y emociones no
necesariamente son físicos en el sentido literal de la palabra pero pueden
tener repercusiones físicas bajo forma de dolencias y enfermedades. Por esto,
uno de los objetivos de este libro es demostrar que, a algo no – visible como
los pensamientos y emociones hay una reacción que, ella, es física y
mensurable, frecuentemente bajo forma de dolencias y enfermedades. ¿puedo medir
la cólera? No. Pero puedo tomar la medida de mi fiebre cuando tengo fiebre.
¿Puedo medir el hecho que frecuentemente tengo la sensación de tener que luchar
en la vida para lograr lo que quiero? No, pero puedo medir la cantidad de
glóbulos rojos que han disminuido cuando tengo anemia. Puedo medir el hecho que
la alegría no circula bastante en mi vida? No, pero puedo medir el porcentaje
de colesterol sanguíneo demasiado elevado, etc. Entonces, si tomo consciencia
de los pensamientos y emociones que hicieron que se manifestara la dolencia o
la enfermedad, ¿puede que cambiando mis pensamientos o mis emociones, pueda
recobrar la salud? Me atrevo a afirmar que sí.
Sin embargo, esto
puede ser más complejo o más hondo que la parte en la cual puedo estar
consciente. Por esto, puedo tener necesidad de consultar a personas que
trabajan en el campo médico o a otras personas que usan otros enfoques
profesionales para ayudarme a efectuar cambios en mi vida. Si me he de hacer
operar y comprendo lo que me llevó a vivir tal situación, es muy posible que me
recupere mucho más pronto de mi operación que otra persona que no quiso saber
lo que sucedía en su vida o que lo ignoraba muy sencillamente. Además, si no he
comprendido el mensaje de mi enfermedad, la operación o el tratamiento parecerá
hacer desaparecer esta enfermedad, pero ésta podrá repercutir sobre otro
aspecto de mi cuerpo, bajo otra forma, más tarde.
Hay que confiar que
cada vez habrá más empresas que tomen consciencia de la utilidad de ayudar a
sus empleados en su andar personal, en el plano emocional. Esto permitirá
disminuir más los accidentes en la empresa y el porcentaje de ausencias,
aumentando a la vez la eficacia individual. Si mi vida personal, familiar o
profesional hace que no esté bien conmigo mismo, tendré tantas más
probabilidades de “atraer hacía mí”, incluso inconscientemente, una enfermedad
o un accidente para poder tener “vacaciones” o para que se cuiden de mí.
En 1990, se me
ocurrió la idea de redactar un diccionario tratando de las causas metafísicas
de las dolencias y enfermedades, y en 1991, inicié la tarea. En aquel momento,
no sospechaba la cantidad de trabajo que me esperaba. Por suerte, porque de
saberlo, creo que nunca hubiese empezado este proyecto. Pero me dije a mí
mismo: “ Una cosa a la vez! Lo conseguiré; voy a trabajar hasta que esté lo
bastante satisfecho como para publicar esta obra”. Si menciono esto, es
también porque esto requiere mucho trabajo, energía y voluntad para hacer los
cambios sobre sí – mismo. Un autor americano escribió un día “Sólo los
valerosos y los que gustan de la aventura tendrán la experiencia personal de
Dios.” Lo que entiendo de esta citación, es que mi determinación a vencer
los retos y el valor de experimentar avenidas nuevas para mí me procuraron
cierto estado de realización y de bien estar. Este estado de bien estar
corresponde a la salud física, mental y emocional.
De 1978 a 1988,
trabajé en el campo de los complementos alimentarios que se puede llamar el enfoque
orthomolecular, lo cual significa “dar al organismo los alimentos
necesarios como las vitaminas, minerales y otros nutritivos, bajo forma de
alimento o complementos alimenticios, para ayudar a restablecer o mantener una
salud óptima.” Entonces me fundaba en los trabajos de psiquiatras y demás
médicos, bioquímicos y diversos investigadores canadienses y americanos (sobre
todo) que, por su experimentación, demostraron que dando los nutritivos
necesarios, se podía llegar a mejorar, incluso curar en ciertos casos la salud
física, mental y emocional. De hecho, existen varios enfoques para obtener una salud
óptima que todos tienen su importancia, cada uno de ellos actuando de un
modo u otro sobre todos los aspectos de nuestra vida. En 1996, vi un reportaje[1] en la televisión
referente a un hospital, el Columbia-Presbyterian Hospital de Nueva York, en el
cual hablaban de un paciente, el señor Joseph Randazzo, que iba a estar operado
por tres puentes coronarios. Este paciente se benefició de sesiones de visualización,
tratamientos energéticos, reflexología antes de su operación. Durante la
operación recibía tratamientos energéticos. Después de su operación, este mismo
paciente participó otra vez en sesiones de visualización, recibió tratamientos
energéticos y reflexología para permitirle recuperarse más rápidamente. Estas
intervenciones dieron su fruto ya que el paciente se recuperó mucho más
rápidamente después de esta operación mayor que lo hubiese hecho otro paciente
en condiciones habituales. El médico tratante, Mehmet Oz, mencionaba que hacía
esta experimentación sobre 300 de sus pacientes para analizar los resultados
del añadir estas terapias alternativas al tratamiento médico convencional.
Así que el presente libro quiere ser un
complemento de cualquier enfoque, bien sea médico o en relación con las
medicinas suaves. Trata tanto del enfoque alopático, más médico, como del enfoque
holístico que comprende mejor el aspecto físico, mental, emocional y espiritual
de mi ser. Deseo ardientemente que todos los profesionales de la salud, al
nivel que estén, usen este diccionario como complemento de su práctica, como
instrumento de trabajo y de investigación, para ayudar a sus pacientes en su
proceso de curación. Por mi parte, experimenté las operaciones, la medicina tradicional,
los medicamentos, la acupuntura, los tratamientos energéticos, la radiestesia,
la vitaminoterapia, las esencias florales del Dr. Bach, la quiropráctica, la
orthoterapia, la iridología, la psicoterapia, el “rebirthing” (respiración
consciente), la homeopatía, etc. Sé que si una técnica fuera válida para todo
el mundo , solo habría ésta. Pero no es el caso porque el ser humano es el
animal del planeta con más posibilidades pero también con la complejidad más
grande.
Por esto, debo intentar entender
comprender por mí - mismo lo que vivo haciéndome ayudar por los demás si es
necesario, en el campo respectivo de su competencia. El mismo autor que
mencionaba anteriormente escribió un día: “DEBEMOS APRENDER DE LOS QUE SABEN.”
Es así como debo buscar lo mejor de lo que existe en cada una de las
profesiones. Cuando me encuentro delante de un médico, me digo que él sabe más
que yo en medicina y que debo estar atento a lo que me dice y a lo que me
propone, dejándome la libertad de elegir luego mi orientación. Del mismo modo,
cuando me encuentro delante de un acupuntor, estoy atento a lo que él me dice o
a lo que me propone como tratamiento porque conoce mejor que yo el
funcionamiento del equilibrio energético de mi cuerpo en función de los
meridianos. Es lo mismo para todas las profesiones.
El otro día, una dama me decía que no
creía en todas estas historias de pensamientos y emociones en conexión con las
enfermedades. Le contesté que no era necesario creer en ello. Después de
haberle leído algunos textos que se referían a sus dolencias o a enfermedades
que ya había tenido o que aún la afectaban, pudimos observar que su actitud
había cambiado y que estaba más receptiva a este enfoque. De hecho, hay una
parte interna mía que sabe lo que está sucediendo y que lo que se dice de mí
corresponde a lo que vivo y que esto no se debe al azar. Aquí, hay que estar
prudente: no debo sentirme culpable de lo que me sucede y pensar que se me está
diciendo que estoy enfermo por culpa mía. Soy responsable de lo que me sucede pero,
en la mayoría de los casos, no es culpa mía. Es el desconocimiento de las
leyes que rigen los pensamientos y emociones sobre el cuerpo físico lo que me
lleva a vivir situaciones de dolencias o enfermedades. Debo pues tomar
consciencia de mi trayectoria personal o, en el sentido amplio de la palabra,
de mi trayectoria espiritual. Ahí donde descubrí que no había amor o que lo
había poco, debo volver a descubrir que el amor era presente a pesar de todo.
No es evidente, dirá Vd.? Pero así es. Si me tiro desde arriba el balcón y me
rompo una pierna, diré que Dios me ha castigado? De hecho, existe una ley que
se llama la ley de la gravedad que tiende a traerme al suelo. Esta ley no es ni
buena, ni mala, es la ley de la gravedad. Aunque me ponga a discutir y estar
enfadado contra esta ley porque por culpa de ella, me he roto una pierna, esto
no cambia nada a la ley porque la LEY, ES LA LEY. Así es como se
contemplan todas las enfermedades como una carencia de amor. Se dice que el
amor es el único sanador. Entonces, ¿si esto es verdad, no sería suficiente
simplemente dar amor para ver manifestarse la curación? Esto es verdad en
ciertos casos. De hecho, es como si el amor tuviera que entrar por ciertas
puertas para que se opere una curación, por estas puertas que se cerraron al
amor durante heridas anteriores. He aquí todo un campo de hallazgo y toma de
consciencia!
Este libro no contempla directamente
traer soluciones a dolencias y enfermedades sino preferentemente a ayudarme a
tomar consciencia de que lo que siento como dolencia y enfermedad procede de
mis pensamientos y de mis emociones y que a partir de esto, puedo tomar los
medios que veo oportunos para realizar cambios en mi vida. Sin embargo el mero
hecho de saber de donde procede mi dolencia o mi enfermedad puede ser bastante
para aportar cambios en mi cuerpo físico. En ciertos casos, el cambio positivo
puede ser del 50% e incluso del 100% o sea la curación total.
Por mi parte, cuando conocí las clases
de crecimiento personal en 1988 y pude tomar consciencia de los cambios que se
producían en mí, tuve el sentimiento que empezaba a renacer y vi nacer en el
horizonte días mejores. Por fin encontré un medio de hacer cambios importantes
en mi vida y de ver los resultados. Debía actuar porque estaba en reacción con
relación a la autoridad, vivía enormemente en el rechazo, el abandono y la
incomprensión. Sabía todo esto pero necesitaba aún encontrar el medio de
cambiar, curar mis heridas interiores. Por esto me comprometí con esta área de
actividad que es el crecimiento personal. Mi trabajo me permitía trabajar
conmigo mismo mientras trabajaba con los demás para ayudarles a abrir su
consciencia. Creo sinceramente que cada uno de nosotros puede asumirse de
modo cada vez más autónomo y que cada uno de nosotros puede acceder a un grado
de sabiduría, de amor y de libertad superior! Lo merecemos todos.
Este diccionario quiere ser un
instrumento de apertura de consciencia y de investigación de sí – mismo. Cuando
me sucede algo en relación con mi salud, voy a leer otra vez lo escrito en este
diccionario para estar aún más consciente de lo que está sucediendo. En efecto,
el ser humano tiene fácilmente tendencia a ocultar, es decir, hacer desaparecer
de su memoria consciente lo que le molesta. Así, cuando leo el diccionario, lo hago
con ojos de alguien que quiere aprender y ser más consciente de lo que le
sucede. Mi lado mental y intelectual toman consciencia de la información con la
cual voy a tener que trabajar. Porque el único auténtico poder que tengo, es
el poder sobre mí – mismo; soy creador de mi vida. Cuanto más consciente estoy,
más puedo hacer los cambios apropiados.
Desde hace un siglo y más
particularmente desde los cincuenta últimos años, hicimos un salto
extraordinario desde el punto de vista tecnológico, lo que permitió, en muchos
casos, mejorar nuestras condiciones de vida. A pesar de todo este progreso, uno
no se da muy bien cuenta que la ciencia no tiene la contestación a todo y que
existe en este planeta, muchos hombres y mujeres que padecen enfermedades. Si
vivimos en países industrializados o en vía de desarrollo, debemos cuidar de
nosotros y enfrentarnos con las preguntas siguientes: ¿Quién soy? A dónde voy?
¿Cuál es mi objetivo en la vida?
Es importante que use este libro como
un instrumento de comprensión, investigación y transformación. Si tengo ideas
nuevas al leer estos textos, debo sentirme libre de completarlos con mis
propias palabras. Este instrumento debe volverse un instrumento vivo al cual
cada uno de nosotros puede aportar su contribución. Es así como ciertos
trozos del libro se redactaron a petición de personas que sabían que estaba
trabajando en esta obra. Así, cuando se me preguntó: “En tu libro, trataste
de las alergias a la mantequilla de cacahuete?” La respuesta fue: “No,
pero lo haré”. Sucedió lo mismo con varias enfermedades que se me pidió
incluir. Es una de las razones por las cuales el libro es accesible sobre
Internet[2],
no sólo para consultarlo, sino también para hacer puestas al día, añadirle los
comentarios de los lectores, etc. Esto permite una difusión a la dimensión del
planeta.
Por lo tanto les deseo: “Buena
lectura!”
Psicoterapeuta.